El seguro, un actor clave en la gestión de riesgos corporativos

Los seguros no pueden ser vistos de manera aislada, sino que tienen un rol central para las compañías frente a la incertidumbre. Por Lorenzo Preve (*).

Las empresas, y los agentes económicos en general, están sujetos a una gran cantidad de riesgos e incertidumbre que generan resultados, favorables o desfavorables, que siempre son diferentes a lo esperado. Esta aleatoriedad, especialmente cuando es involuntaria, no es deseable para las empresas. Los seguros son una parte fundamental de la gestión de estos riesgos y de la incertidumbre. Normalmente, solemos ver a los seguros de manera aislada, y sin ponerlos en el contexto de su rol para gestionar los riesgos. En este breve artículo proponemos una visión integral del seguro en este rol.

Todo proceso de gestión de riesgo comienza con una identificación de cada uno de los riesgos que pueden afectar a la compañía. Es indispensable comprender que éstos provienen de diferentes fuentes: tenemos los clásicos riesgos financieros, los operativos, los políticos y los estratégicos. Cada una de éstas aporta riesgos a la organización. Una vez completada la identificación, deberemos definir y medir los riesgos, encontrar sus determinantes y sus mitigantes.

La definición de los riesgos es fundamental, nos asegura que cualquiera que lea el manual de gestión de riesgos de la empresa comprenda cabalmente a qué nos referimos cuando mencionamos un determinado riesgo. Los determinantes son lo que hacen que un riesgo se materialice; los riesgos no ocurren porque sí, sino que son la consecuencia de eventos anteriores, que llamamos determinantes. Todo modelo moderno de gestión de riesgo debe basarse en los determinantes de los riesgos, que deben ser identificados y controlados periódicamente. Tener un adecuado seguimiento de los determinantes es lo único que nos permite poder anticipar la ocurrencia de un riesgo, y tomar las medidas necesarias antes de que el evento se manifieste; nos permitirá anticiparnos a los riesgos, mitigar pérdidasy potenciar ganancias. Cuando hablamos de medir un riesgo, nos referimos a situarlo en el espacio bidimensional de «Probabilidad de Ocurrencia» e «Impacto/Intensidad». Un mitigante de un riesgo es una decisión, un contrato o un instrumento que nos permita: ya sea bajar la probabilidad de ocurrencia o bajar el impacto de su ocurrencia. Entre los mitigantes del riesgo están los instrumentos derivados, las decisiones de la dirección de la empresa y lo que nos ocupa en esta nota: los contratos de seguros.

Los profesionales del mundo del seguro deberían comprender cabalmente su rol como asesores de la gestión de los riesgos de sus clientes. Deberían lograr asesorarlos respecto de cuál es el nivel de riesgo que deberían asumir internamente y cuánto transferir mediante contratos de seguros, deberían asesorarlos respecto de la cantidad de riesgo que cada uno de los contratos de seguros conlleva para su negocio, etcétera. Lamentablemente, solemosver al profesional del seguro demasiado enfocado en el producto, sin foco en el negocio del cliente.

Pero, como siempre pasa esto, es mucho más fácil de decir que de hacer. La manera de hacerlo es empezar a ver al seguro como una herramienta para que los clientes puedan gestionar adecuadamente sus riesgos. Para esto es crucial ayudarlos a comprender dichos riesgos y cómo se insertan en su estrategia competitiva y corporativa. Esto, que es a la vez sencillo, pero requiere un cambio de paradigma, podría ayudar al sector a dar un paso más hacia la formación de alianzas estratégicas con sus clientes.

(*) Director del Centro de Risk Management en IAE Business School
Fuente: Cronista.com

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